Este mes, en México, celebramos un evento que sucedió hace más de 200 años y que nos otorgó identidad como nación: la Independencia de México. Más allá de las versiones históricas sobre si fue una verdadera independencia o una estrategia para mantener control sobre los territorios, lo que importa es que este acontecimiento nos brindó una identidad como mexicanos. Nos permitió definirnos dentro de un territorio, bajo una bandera, con un sentido de pertenencia.
Personalmente, me siento profundamente agradecido y orgulloso de ser mexicano. México, a diferencia de muchos países del primer mundo, me ha dado la libertad de ser, de expresarme y de vivir felizmente. La libertad es el valor más importante que podemos tener, mucho más allá de la riqueza, el conocimiento o la posición social. La verdadera libertad es la capacidad de experimentar la vida sin juicio, sin miedo y sin limitaciones. Para mí, este es el verdadero motivo de celebración en estas fechas patrias.
Cuando pienso en lo que significa ser mexicano, pienso en la libertad de poder disfrutar de una vida en la que puedo ser auténtico. El "Viva México" no solo resuena como un grito patriótico, sino como una afirmación de la libertad personal que hemos construido y la identidad que hemos forjado. A lo largo del tiempo, las diferencias políticas o sociales pueden haber fragmentado la unidad de los mexicanos, pero lo que nos une es más fuerte que cualquier división. La libertad de ser, de pensar y de expresarse es un regalo invaluable que siempre agradeceré.
La Consciencia como Pilar de la Realidad
En este contexto de independencia y libertad, reflexiono también sobre el concepto de consciencia. Todo en este plano tiene consciencia, desde lo más pequeño hasta lo más vasto, y todo es parte de una existencia coherente y única. Este concepto nos invita a ir más allá de lo que consideramos vivo o animado y reconocer que cada objeto, cada energía y cada ser forman parte de un todo unificado.
Ramtha nos enseña que la consciencia es el eje de la realidad. Lo que percibimos como nuestra realidad no es más que un reflejo de nuestra vibración interna. Al igual que México logró su independencia, nosotros también podemos liberarnos de nuestras limitaciones internas al tomar consciencia de nuestro poder como creadores activos de nuestras vidas.
El Amor como Fuerza Transformadora
En este camino de crecimiento y expansión, el amor es una fuerza fundamental. El amor es la energía primordial que nos permite trascender el miedo, el juicio y las limitaciones que nos imponemos. Así como los mexicanos nos unimos para luchar por nuestra independencia, el amor nos une como humanidad, superando las divisiones que hemos creado entre fronteras, ideologías y creencias.
En este sentido, la independencia que celebramos va más allá de lo político o histórico. Es una invitación a liberarnos del juicio y de las limitaciones que nos imponemos a nosotros mismos y a los demás. El amor es la fuerza que conecta y sostiene el universo, y al abrazar el amor, nos permitimos vivir plenamente y ser auténticos.
La Responsabilidad como Camino hacia la Libertad
En este contexto de libertad e independencia, la responsabilidad personal es el camino hacia la verdadera libertad. Ramtha nos recuerda que asumir responsabilidad por nuestras vidas significa dejar de buscar culpables en el mundo exterior y aceptar que todo lo que vivimos es un reflejo de nuestro estado interno.
Aunque la política, la economía o las circunstancias externas puedan influirnos, no determinan nuestra felicidad o realización personal. La riqueza, en todos los aspectos, proviene de nuestra vibración interna, de cómo nos sentimos y lo que pensamos. Si enfocamos nuestra atención en lo que está mal, nuestra realidad reflejará ese caos. Pero si agradecemos cada día, si vibramos alto y nos enfocamos en lo que está bien, atraeremos más cosas por las que estar agradecidos.
De la misma forma en que México tomó responsabilidad de su destino al luchar por su independencia, cada uno de nosotros tiene la capacidad de hacer lo mismo en nuestras vidas. La verdadera independencia comienza cuando asumimos responsabilidad por nuestra realidad y nos convertimos en los arquitectos de nuestras vidas.
Libertad y Unidad: SOMOSUNO
A lo largo de la historia, las divisiones entre las personas han generado separación. Pero cuando adoptamos una visión más elevada, entendemos que estas divisiones son ilusorias. Más allá de las fronteras, ideologías y creencias, somos parte de una familia humana unificada, todos conectados por la misma energía vital.
SOMOSUNO es un recordatorio de esta verdad. No importa de qué país seamos, qué religión profesemos o cuál sea nuestro estilo de vida, en el fondo compartimos un origen y un destino común. La verdadera libertad surge cuando abrazamos esta unidad, cuando dejamos de vernos como separados y comenzamos a reconocernos como partes de un todo interconectado.
Reflexión Final sobre la Independencia y la Consciencia
En este mes patrio, mientras celebramos la independencia de México, es importante recordar que la verdadera libertad no depende de un evento histórico o político. La libertad está en nuestra capacidad de crear nuestra propia realidad, en ser responsables de nuestras emociones, pensamientos y acciones. Estoy agradecido de vivir en un país donde esa libertad es posible, donde puedo ser yo mismo, expresarme libremente y vivir en gratitud.
La libertad, la consciencia y la responsabilidad van de la mano. En un mundo que a menudo parece caótico, recordar nuestra conexión como seres humanos y nuestra capacidad de crear nuestra realidad desde la consciencia es clave para vivir en amor, paz y abundancia.
Celebro contigo, no solo como mexicano, sino como ser humano, reconociendo nuestra unidad y la responsabilidad que tenemos de vivir desde el amor y la consciencia. SOMOSUNO, y juntos podemos construir una realidad más libre, más plena y más auténtica.